EN BUSCA DE LA QUINTAESENCIA.
Esta mañana tuve un sueño que por su simbología, normalmente habría dejado pasar de largo. Pero elegí sentarme a analizarlo y me encontré con una pesquisa interesante que se ha convertida en los inicios de un trabajo de investigación. Haré una transcripción de mi análisis onírico sin entrar demasiado en los detalles del sueño.
Anoto los recuerdos de mi sueño para registrar y ejercitar la memoria. He estado escuchando un audio de Superintelligence, que entre sus efectos promueve la memoria. Y creo que los recuerdos tan detallados de mi sueño podrían ser en parte, los efectos de la escucha de este audio; pues llevaba sin poder recordar mis sueños más de 5 días. También tengo en cuenta los símbolos.
Lo primero que me transmiten (esto me lo transmitieron mis guías), es la Falsedad, la Apariencia. La Ausencia de Verdad. Una realidad aparente se muestra en el llanto que no salía (uno de los episodios del sueño). Era un acto fingido, fingir algo que no se siente. La emoción se había alojado en el cuerpo después de fingirla. También estaban mis amigos: falsos amigos, interpretados por actores y famosos, que me contaban la historia de por qué yo sentía ganas de llorar. Se trata de una narrativa de la realidad; o sea, una interpretación, no la realidad misma. Pero las lágrimas no salían, como si en mi interior yo sintiera que no era verdad, no porque lo supiera sino porque lo intuía. Intuía que todo era un Show (por eso, los amigos no eran amigos reales, eran actores). Me parece una perspectiva interesante de revisar.
Esta perspectiva me hace reflexionar en que, quizás nada de lo que consideramos como vivido es realmente cierto. Pero sí fue real. Es decir, hay una experiencia. Si bien, el sueño sugiere que el relato de lo que yo creía que había pasado, en realidad, no pasó. (Yo nunca fui la novia de Elvis Presley). Por eso, no podía llorar aunque sentí ahogo en mi pecho. En cierto modo, este sueño es para mí la confirmación de algo que mis guías me han dicho desde hace años: que algunas memorias que creí que había vivido no fueron reales, sino programas implantados en la memoria para hacer creer al cerebro que lo habíamos vivido, en realidad.
Parece un poco complicado. Esto nos lleva a cuestionarnos todo, -que es precisamente, lo que he estado haciendo todo este tiempo-. La cuestión es que el cerebro humano, el sistema nervioso integral parecen haber sido diseñados con ese propósito: vivir experiencias emocionales. De no ser así ¿para qué tendríamos amígdala o el hipocampo? ¿De qué servirían las terminaciones nerviosas a lo largo de todo el cuerpo? Y ¿para qué transmitirían las neuronas sus famosos neurotransmisores? (Que son las señales químicas que desencadenan lo que entendemos entre otras cosas, como experiencias emotivas).
Y si las emociones son el producto final, ¿Cuál es la causa? El estímulo al que corresponden está generalmente, en el mundo que percibimos como el afuera. Pero la Física moderna ya está revelando que ese afuera no es otra cosa que la proyección holográfica de un mecanismo que en realidad, está adentro; es decir, que se desencadena en el interior de nuestro cerebro. Sin embargo, su origen no está en el cerebro. Esto es lo que trata de encontrar la nueva Neurociencia, ¿Cuál es el origen de la Conciencia? La cuestión es que el cerebro humano está específicamente diseñado para interactuar con el campo cuántico siguiendo un guion de estímulo-respuesta; esto claro está, en el ámbito físico y emocional. Pero resulta que la conciencia humana se puede expandir y de hecho, lo hace. Es en esa expansión donde los estímulos habituales de causa-efecto pierden su rastro. Es en ese territorio impreciso donde aparecen las huellas de algo que podría llamarse la Autoafirmación de la Conciencia; que es la Conciencia que es Consciente de que es Consciente.
Tal parece que éste es un producto relativamente reciente del proceso evolutivo de la especie. O cabría preguntarse quizás, si ¿acaso, la plasticidad neuronal, la cualidad de auto-cognición y la expansión de la consciencia, no serían propiedades intrínsecas del ADN de la especie, desde el principio? Y si no es así, ¿Cómo es que surgieron? ¿De dónde provienen? y ¿Por qué aparecieron en este momento de la historia evolutiva de la especie?
Estas son algunas de las preguntas que por las noches no me dejan dormir. Pero continuando con el análisis de mi sueño, me gusta considerar ciertos símbolos como señales premonitorias del futuro: la comida abundante que compartíamos, los platos en el bufet rebosantes de alimentos: lentejas, arroz, maíz. Todos estos granos son símbolos de prosperidad y abundancia, para algunas culturas nativas. Además, la riqueza se compartía (en mi sueño yo compartía lentejas de mi plato con otras personas). La Fiesta, un símbolo de celebración; y el televisor gigante.
¡Ah! ¡El televisor gigante! Este símbolo me llega como el epítome de la Distracción. Y la pantalla de plasma gigante, que deduzco podría pronosticar algún evento de grandes proporciones que va a servir como excelente distractor de la realidad. Las prostitutas en mi sueño son un arquetipo de una expresión non-grata del Principio Femenino, que en mi sueño son un producto más de comercio y al mismo tiempo, ellas tenían su propio negocio en la televisión. Es decir, no eran enteramente lo que parecían ser.
En este sueño todo tenía un doble sentido, una doble apariencia. Lo que me sugiere que en su conjunto los símbolos de este sueño me están llevando a inferir que probablemente, los eventos que estoy percibiendo en la realidad despierta tampoco sean lo que parecen. Los amigos, los amores y las prostitutas de mi sueño, ninguno de ellos era lo que se suponía que debían ser. Este pensamiento me llevó a plantearme una nueva pregunta. ¿Cuál es entonces, esa distracción gigante representada por la pantalla gigante de plasma del televisor? ¿Será que mi entorno me está distrayendo con despliegues exagerados de un show o montaje que me muestra como la realidad? Parece que la evidencia en la simbología de mi sueño apunta en esa dirección.
Los símbolos del “Rey” Elvis y la “Friend” Monika, son los arquetipos de la Fama -que es ella misma una entidad muy interesante, con connotaciones que no he llegado a analizar completamente en este sueño-. El deseo de ser reconocidos, de recibir atención especial, probablemente en esos ámbitos: el romance y la amistad. Podría parecer el deseo de tener una historia de amor y amigos para compartir. Aunque no estoy del todo persuadida de que estos sean mis verdaderos deseos. Lo que me lleva a cuestionarlo es esa falsa emoción; lo que yo no sentía pero que se suponía que debería sentir. Quizás, mi sueño estaba señalándome justamente eso: No todo es lo que parece. Siguiendo esta tesis: no todo lo que siento es lo que verdaderamente siento. O bien, Las emociones no son de fiar.
En mi sueño las emociones son el producto de una manipulación mediática y cultural; el despliegue de tristeza no es una tristeza real, es una acumulación de procesos químicos en el cuerpo, inducidos por el show, la Distracción Gigante. Entonces, si todo no es lo que parece, si la distracción de la pantalla de plasma gigante nos hace creer que la única realidad es lo que vemos ¿Cuál es la realidad que se oculta detrás de la pantalla de plasma? ¿Qué es eso que no estoy viendo, que está detrás de las apariencias?
Recuerdo que Javier Santaolalla en una entrevista que le hicieron en el programa de Youtube The Wild Project hizo hincapié en lo importante de plantear las preguntas correctas en ciencias, si es que queremos llegar a las respuestas o conclusiones correctas. El hecho de que la tele gigante de mi sueño tuviera una pantalla gigante de plasma y no otra, también me parece un dato especialmente curioso, desde un punto de vista simbólico. En otros canales menos científicos he escuchado que nuestro planeta ha estado en cuarentena durante un período de aproximadamente 13 mil años. Y que para mantenernos en reclusión -por razones que no voy a mencionar aquí-, se colocó una cúpula de plasma alrededor de todo el planeta, que impide el acceso desde el exterior; es decir, nadie puede entrar. Pero tampoco es posible salir.
Personalmente, encuentro que la tesis de la cúpula de plasma podría tener alguna conexión con la pantalla de plasma del televisor gigante de mi sueño, si vuelvo a plantearme las preguntas correctas. Y por disparatado que pueda parecer, aquí va una. ¿Acaso, esa Distracción Gigante que hace que nuestros cerebros humanos perciban la realidad como algo que no es, podría provenir de esa cúpula gigante de plasma, emplazada supuestamente alrededor de todo el planeta?
Cuando viví la primera vez en Sevilla, allá por los años 90 del siglo pasado, un antiguo amigo que aquí llamaré cariñosamente Shanti, solía decir una frase que siempre me llamó la atención. Shanti decía que las emociones son engañabobos. Incluso, tenía escrita esta misma frase como una leyenda en un trozo de papel pegado a la pared. Por aquella época mi mente todavía estaba muy nublada por el velo de la ignorancia, pero las verdades trascendentes con frecuencia lograban traspasarlo. Los años han pasado y el eco de esa verdad intemporal vuelve a mi mente como una caja del tiempo, mostrándome ahora su contenido, entonces oculto.
Nuevas preguntas quieren ser planteadas. ¿Qué relación -si es que hay alguna- tiene el plasma con la creación de la forma aparente de la realidad que percibimos, a través de nuestro cerebro humano? Lo poco que sé del plasma es que es producido en grandes cantidades por el Sol; también sé que existe en proporciones importantes en el núcleo de la tierra. Según los científicos, el 99,9% de la materia observable en el universo es plasma. Al plasma los científicos lo llaman el cuarto estado de la materia, y lo describen más o menos, como un estado de fluido condensado, repleto de partículas cargadas. Navegando rápidamente por la red se pueden encontrar una gran cantidad de artículos de divulgación acerca de la aplicación actual del plasma en la industria (además de las ya famosas pantallas de plasma); lo encontramos en microelectrónica, iluminación, reactores de fusión nuclear, motores iónicos para propulsión espacial y un sin fin de otras aplicaciones, que me llevaría más tiempo del que dispongo para enumerar.
En un artículo que encontré en la red se dice que el plasma se encuentra en la tierra de forma natural, en las capas de la Magnetosfera y la Ionosfera; en donde se especula que se halla esta cúpula plasmática impenetrable que nos recubre y también nos aísla. Las auroras boreales y los conocidos Rayos del Fuego de San Telmo son otras de las irradiaciones plasmáticas de la atmósfera terrestre. Un experimento de laboratorio para replicar la gravedad del sol, que se realizó en la Universidad UCLA, en Los Angeles California, llevó a cabo una prueba de manipulación del plasma pero no se detallan las condiciones de ese experimento controlado, tampoco sabemos si esta manipulación nos permite cambiar el elemento en otro estado de la materia.
Estoy disfrutando inmensamente la línea de pensamiento que me está llevando desde la pantalla gigante de plasma de la tele en mi sueño, hasta la investigación científica del plasma en la Magnetosfera, y quiero ser capaz de seguir la línea argumental descrita en mis propias preguntas, modeladas por la simbología expresada en mis sueños; sabiendo es decir, siendo plenamente consciente de que las expresiones simbólicas de mis sueños son el lenguaje que utiliza mi subconsciente para transmitirme el conocimiento de aquellas cosas o fenómenos de los que aún no soy plenamente consciente.
Desde esa línea argumental siguen surgiendo nuevas interrogantes. Y una de ellas es inevitablemente, la siguiente cuestión. ¿Qué relación -si es que hay alguna- existe entre el plasma del universo (el sol, las estrellas, el núcleo de la tierra, etc.) con el plasma de la tierra y la percepción de la realidad a través del cerebro humano?
Otra pregunta que me surge es ¿Qué posibilidades existen de manipular el plasma como se manipulan por ejemplo, otros elementos, para cambiar sus estados? Como calentar el agua para producir vapor (agua en forma gaseosa). O derretir hielo (sólido) para producir agua (líquido). ¿Qué aplicaciones -si es que tiene alguna- tendría esta manipulación en la creación de la percepción por el cerebro humano?
Me regocija comprobar que mi mente se está volviendo cada vez más inquisitiva y cuestiona por sí misma la realidad, cada vez con más profundidad. No se contenta con los hechos que le presentan los sentidos, sino que los cuestiona, los inspecciona y los examina frente a distintas posibilidades. Me regocija porque esta actitud curiosa de mi mente (que en otras circunstancias me ha llevado a meterme en agujeros muy oscuros, como los de la Magiack), también me ha guiado hacia nuevos descubrimientos, puntos de vista y expansión de las posibilidades, a los que quizás no habría accedido si no hubiera pasado por esos agujeros negros.
Recientemente, leí un artículo que es en realidad, un extracto del capítulo La Muerte y la Teoría, del Libro Las Orejas de Saturno. De Sergio de Régula. Este artículo por cierto, muy interesante, hablaba sobre las distintas hipótesis relativas al crecimiento o expansión del Universo, y cómo los más recientes descubrimientos de la Expansión Acelerada del Universo a través del Corrimiento rojo demuestran que las galaxias se están alejando entre sí; es decir, que el universo sigue creciendo. Por analogía (Como es Arriba es Abajo) observo el reflejo de este movimiento expansivo en mi propio universo personal: mi propia conciencia. Es decir, me hago consciente de que soy consciente; y también, soy consciente de que este ser consciente crece en consciencia.
Volviendo al tema del plasma y la consciencia, cabría hacerme aquí una nueva pregunta. Suponiendo que he comprobado previamente, la relación entre el plasma como elemento constitutivo de la vida, y el cerebro humano, como instrumento de interacción con ese campo cuántico de creación de la realidad, ¿Qué papel juega el plasma en la expansión de la Consciencia, como factor perceptible e inductivo de la capacidad plástica y expansiva del cerebro?
En el artículo mencionado se habla de esa energía misteriosa que algunos científicos llaman la Energía Oscura, y cómo podría ser el factor determinante en esa expansión acelerada del Universo. Pero aunque la ciencia con su método siempre se ha denominado a sí misma como una disciplina de resultados rigurosos; lo cierto, es que esta calificación vale más para el método en sí que para los resultados. Pues estos varían, cada vez con más frecuencia.
El diálogo fructífero con mi Psique a través del análisis de los símbolos de mi sueño ha tenido el fascinante efecto de llevarme a plantear cuestiones que van más allá de mi propia experiencia personal, y esto para mí constituye una muestra más de la capacidad de expansión y Novelty (La Teoría de Terence McKenna que propone que el Universo es un diseño de ingeniería para la producción y conservación de la Novelty y que esta continúa creciendo, así como su complejidad). Estudiar el plasma me ha conducido al estudio y revisión de los elementos: el agua, el fuego, el aire, la tierra. Lo sincronístico de este hecho es que, justamente ayer tras realizar algunas prácticas con los Tattwas, dediqué mi tiempo a estudiar estos elementos simbolizados por cada Tattwa. Lo que se quedó adherido al trasfondo de mi mente (todo esto justo antes de quedarme dormida) fue la intrigante curiosidad por saber ¿Cuáles son esos otros dos Tattwas que, de acuerdo con los antiguos Vedas, los seres humanos no estamos aún diseñados para conocer?
Esta mente mía, incapaz de aceptar lo imposible como posibilidad, comenzó a hacerse cada vez más preguntas. Y ¿por qué la mente humana no puede conocer estos elementos? ¿Qué lo impide? Y si, ¿acaso, debido a la Expansión acelerada del cosmos, el tiempo en el que la mente humana estuvo nublada por el velo de la ignorancia ya hubiese pasado? Y, desde la perspectiva cósmica ¿Qué pasaría si con la mudanza de Plutón a la Constelación de Acuario y los efectos del flash solar, nuevas energías cósmicas ingresaran en la tierra? A lo largo del año 2023 hubo días en los que la frecuencia Schumann llegó a registrar magnitudes que superaron los 60Hz. Sería lícito indagar ¿Qué efectos tendrían estas emisiones cósmicas de plasma solar sobre la tierra y sobre la consciencia y el cerebro humano?
¿Qué posibilidades hay de que estos elementos del Prana Solar, antes indetectables para nuestra percepción y nuestro cerebro, ahora se vuelvan más aparentes o perceptibles? ¿Qué posibilidades hay de que el plasma solar que está ingresando en la tierra, a través de las explosiones o llamaradas solares esté influyendo en las frecuencias a las que el cerebro estaba funcionando anteriormente? Me parece pertinente hacerme estas preguntas en relación con los Tattwas védicos; porque los Tattwas son, a fin de cuentas, los elementos en su Quintaesencia. Todos ellos provienen del Prana Solar.
Antes de ir más allá y buscar la relación entre el Prana y el Plasma me gustaría registrar otra coincidencia. ¿En qué otro lugar en la tierra, además de los ya mencionados, encontramos una sustancia llamada plasma? En la sangre humana. La ciencia oficial nos dice que el núcleo de la tierra está formado por hierro, níquel, iridio y otros metales; nos dice que estos metales arden como el fuego aproximadamente, a una temperatura de unos 6 mil grados centígrados. Ahora bien, ¿Cuál es el metal constitutivo mayormente en la sangre humana?
Lo que la ciencia oficial no nos cuenta, en lo que se refiere al núcleo de la tierra, es que estos metales ardiendo a temperaturas tan elevadas, al final del proceso terminan transformándose en plasma.
Otro detalle que me pareció interesante traer a colación es que en el artículo que me leí ayer, acerca de la energía oscura dice que algunos científicos la llaman la Quintaesencia; pero no dejan claro en qué consiste ni lo que hace. En el documental El Universo es Vibración se hace una analogía diciendo que la Energía Oscura funciona como el Sistema Nervioso del Universo. Esa comparación me agradó mucho, puesto que gracias a mis estudios en Terapia Craneosacral comencé a entender un poco mejor la mente y el cuerpo humanos, a través de las conexiones nerviosas y el funcionamiento del sistema nervioso central. Esto quiere decir, que entendemos que el Universo también es un ser vivo, un ser sintiente, y que en definitiva, los seres humanos estamos hechos a su imagen y semejanza, que somos fractales del cosmos.
De pronto, se me piensa que quizás, debido a mis preguntas insistentes la idea de encontrar una relación entre los Tattwas ocultos e incognoscibles para la mente humana, el Plasma Solar y la Quintaesencia o Energía Oscura podría ser una posibilidad, una entre otras infinitas posibilidades. Plantear esta posibilidad me abre un portal hacia un Universo desconocido, al que tuve acceso simplemente, atravesando la memoria simbólica de mis sueños.
Si esa posibilidad es una entre infinitas eso no es motivo para amedrentarme. Es tan sólo la expresión formal del Universo de mostrarnos su Expansión acelerada y su Novelty.
22 Enero 2024
Esperanza Theis aka Olibana Olística.
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