Fragmento del libro Leelavati
Me desperté muy somnolienta -a eso de las 10 am-, de un sueño que ya registré en otra parte. Pero aunque todavía tenía ganas de seguir durmiendo, no volví a la cama. Seguí más o menos, mi rutina de la mañana y realicé mis prácticas de meditación. Llevo varios días sintiéndome conectada con Quan Yin, y antes de meditar estuve escuchando su mantra. Anoche, que me fui a dormir pasadas las 2 y media de la madrugada, estuve realizando una práctica espiritual muy elaborada, en la que se solicita la presencia de entre otros seres de luz, a Quan Yin.
Quizás por esa razón al despertar esta mañana y abrir mi ventana, al comprobar el día lleno de luz, y que el cielo vuelve a tener su color azul, me he estado sintiendo llena de alegría y amor. Así inspirada por la bodhisattva de la compasión y mis prácticas, decidí empezar la lectura de un libro muy curioso, que encontré justo ayer por casualidad, cuando buscaba otro libro que aún no he leído, sobre Neurociencias y probabilidad. Este libro fortuito se titula Strange Attractors. Poems of Love and Mathematics. El título por sí solo ya me resultaba bastante atractivo, tanto que no fui capaz de resistir la tentación de adquirirlo.
Así motivada y nutridamente cargada con toda esta energía de inspiración, me dispuse a abrir el libro y a leer la Introducción; un poco para hacerme una idea general del contenido. Después de ojear selectivamente las referencias y leer un par de ejemplos incluidos en la misma introducción, me decidí a bucear en sus páginas un poco más profundo, y así explorando me encontré con una joya: en la página 20, un autor de origen portugués, Manuel Alegre. Cuyo poema, Polar Heart fue traducido al inglés. Corazón Polar, en español.
No sabía qué fue exactamente, lo que detonó la válvula del sentimiento que hizo brotar las lágrimas de mis ojos; tal vez, porque ya me sentía suficientemente abierta, aunque sin demasiadas expectativas. Se trata de un poema de amor, como todos los del libro. Pero aquí, más que un conjunto de palabras reunidas para ensalzar a una persona, o a un momento de la vida del poeta, yo me encontré con una experiencia humana a corazón abierto. La insoportable vulnerabilidad de un ser que a través de su poema demostraba, con inocencia más que valor, hasta qué punto el alma humana llega a sumergirse en las aguas ignotas del amor.
Tener la oportunidad de tocar la fragilidad del alma de otro ser humano exponiéndose sin pudor en unos versos, es para mí algo completamente inusual y por su naturaleza profundamente conmovedor. Si bien lo pienso, quizás esta no es en absoluto una experiencia ordinaria para nadie. El poeta representa en estos versos el dolor de perder al ser amado de un modo magistral.
No conozco el color de los barcos
Cuando naufragan en tus brazos
Yo sé que hay un cuerpo jamás encontrado allí afuera en el mar
Y que ese cuerpo viviente es tu cuerpo inmaterial.
El poema continúa, pero yo me quedé allí bebiendo mis propias lágrimas, sumida en una tristeza que es tan remota como la profunda cuenca del océano. De pronto, me di cuenta de que esa imagen me resultaba familiar. Era el recuerdo de un personaje muy querido en uno de mis propios libros, el tercero de la Trilogía de Arcana: Los Tiempos de Iuga. Esa imagen es una memoria de mi amado Nembrod. Pero aquí no seré capaz de contarla sin estropearla.
Aquella historia -la de la Tierra Arcana- fue una memoria recuperada de muchas otras vidas, que fueron tragadas por los mares del Tiempo universal. Tan sólo ahora, después de muchos años (más de 15) de haber escrito y contado aquella vieja historia, comprendo que fue mi propia historia; mis propios recuerdos olvidados, antes de volver a nacer. Y quizás, como lo expresa el poeta portugués:
Yo sé que en cada camino hay una esquina
una apertura entre la rutina y lo maravilloso
Hay una hora de fuego para la tristeza
la hora en la cual te encuentro y no te encuentro.
Quizás en esa apertura del tiempo se abrió mi memoria y yo pude reencontrarme con todos esos personajes de mis historias, todo esos seres vivos que alguna vez yo también fui. Ahora ¡claro! Ya entiendo mis lágrimas, aparecidas en un espejo, como el reflejo de mis memorias. Yo sólo no sé todavía cómo ni dónde volver a ese:
Ángulo opuesto
a esa mágica geometría
a donde todo podría ser posible.
A veces tengo miedo de engañarme a mí misma, de no llegar a tiempo a mi salida... A veces, no me doy cuenta de que solamente sueño y que en realidad, estoy en otra parte. O en muchas otras partes, al mismo tiempo. A veces, también solamente olvido...
Notas:
Libros de referencia. Strange Attractors. Poems of Love and Mathematics. Editado por Sarah Glaz y JoAnne Growney. Editorial A. K. Peters, Ltd. 2008.
Trilogía de la Tierra Arcana. Esperanza Theis. 2000 - 2007.
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