lunes, 15 de julio de 2024

Pintando



(Este dibujo no es mío. Lo encontré en Pinterest. No tiene nombre)

Hay muchas cosas que hago mientras estoy creando y no necesariamente forman parte de mi pintura. Pintar es un proceso que comienza con un estado de la mente, con una imagen, una visión. Mi proceso no es invariable, no posee un orden estructurado de una forma exacta. Puede aparecer en cualquier momento y tomar cualquier forma. Por ejemplo, mientras estoy haciendo otra actividad que no está relacionada con la pintura; como leer, o salir de paseo. Yo puedo encontrarme un motivo de inspiración diferente cada día.

El proceso de creación es diferente para cada artista. A veces, mi mente está ocupada en otros asuntos más mundanos, como pagar la renta; y de pronto, aparece una imagen que irrumpe sorpresivamente en mi cotidianidad. Pero posee la fuerza necesaria para detener ese automatismo de lo cotidiano y llevarme casi instantáneamente, hacia otra dimensión de la realidad, sin que yo pueda hacer nada para resistirme. En ese instante empieza mi proceso y aparecen arcanos que estaban ocultos para mi conciencia ordinaria. Estos cobran formas e intuiciones que también estaban presentes, pero apenas eran percibidas por algún fragmento inadvertido de mi conciencia.

A partir del momento en que esos arcanos se hacen conscientes se inicia un impulso creativo irrefrenable; la imperiosa necesidad espiritual del artista, de la que hablaba Kandinsky. Entonces, debo obedecerla de inmediato. O de otro modo, sufriré las consecuencias. Y no estoy exagerando. Durante más de 15 años elegí no responder a estos impulsos y mi vida fue cayendo lentamente en la decadencia. Es difícil explicarlo. Para un observador externo esta desobediencia voluntaria al proceso creativo puede significar algo así como tener sentido común. Y por otro lado, para el artista implica algo tan veraz como su autodestrucción.

Entonces, mi proceso me lleva a saltar al vacío, el de una hoja en blanco, un lienzo o una pantalla oscura. Y dejarme caer, caer sin posibilidad de aferrarme porque todo a mi alrededor también está cayendo junto conmigo, por la madriguera del conejo por donde cayó Alicia. Es una caída necesaria, es la caída del vuelo de la imaginación. Y es parte fundamental de mi propio proceso creativo, que me lleva por lugares insospechados: libros, conversaciones, atisbos de historias ocultas en mi alma o en el alma del mundo. O sencillamente, nonsense; un sinsentido. Porque el sentido mismo se ha desprovisto de su capa para sentarse dócilmente entre los dedos de mis manos.

La observación atenta es un ritual fundamental de este proceso. la observación de lo Otro: el colega que pinta algo que me estremece, o que me habla en un idioma que yo recuerdo pero ahora no puedo descifrar. Aquellas palomas acurrucadas sobre mi tejado, batiéndose burlonamente unas con otras. La voz incidental de un niño que corre allí afuera. Mis sueños. Cualquier cosa es una entrega, un mensaje desde ese otro mundo. Y en mi lienzo, mi pantalla oscura comienzan a aparecer atisbos de comunicación. Cuando estoy comunicándome con Eso, no hay mente. Se disuelve toda noción de cuándo, cómo o por qué. Simplemente aparece. Al terminar, hay un retroceso sutil pero definitivo. Es el momento de reconocer el suceso y darle un nombre. Algunas veces, ese nombre llega por sí mismo y ni siquiera es necesario hacer el retroceso, ya está surgiendo a partir del último trazo. Otras veces, ese nombre no llega y no podemos nombrar lo que hemos hecho. Tal vez, nunca llegue.

Ese proceso algunas veces no se cierra, sino que sigue, sigue y desaparece en el horizonte de la mente dejándonos sin promesas. Porque podría volver de nuevo, pero eso jamás lo sabremos. La única verdad que queda es que hubo un contacto, una interacción inequívoca y de todo eso surgió un recién nacido. Se podría comparar con el mismo acto de amar y dar a luz. Pero quizás el amor del artista por eso que reconoce como su creación, puede ser un amor paradójico: un “Te amo, pero no te reconozco”. O, “te amo, pero te detesto al mismo tiempo”. En fin, quizás no sea tan distinto del amor humano.

Cuando tenía 9 años yo quería ser poeta (no poetiza). Y pintaba caricaturas de sirenas que jugaban con estrellas marinas.

jueves, 23 de mayo de 2024

Haiku de la Mariposa

La mariposa

ya no recuerda

la piel del gusano


Ni cae el peso 

del mundo entero

sobre sus alas


El viento susurra

su nombre

Mari... Posa


La mariposa sueña

que es Xuangtzú

que sueña ser mariposa


Recordando que

yo era mariposa

soñé que fui Xuangtzú.










jueves, 16 de mayo de 2024

El Caballo-dragón blanco





He leído el I Ching desde que era muy joven. La primera vez que conocí el Libro de las Mutaciones era una adolescente que estudiaba Secundaria en mi pueblo natal, en Venezuela.


Todavía recuerdo el momento exacto en que me topé con esta antigua y magnífica fuente de sabiduría. Estaba deambulando por mi escuela durante un recreo. Salí de la rejilla de la escuela sólo para comprar algo diferente para el almuerzo. Sentí el impulso de entrar a la pequeña librería que había justo al final de la esquina. Y ahí estaba. Yi me guiñó un ojo a través de su brillante cubierta amarilla y susurró: "llévame contigo". Y obedecí.

Desde ese preciso momento, Yi ha estado conmigo casi todos los días de mi vida, en la oscuridad y la luz, en las caídas y en las alturas. En el Yin y el Yang.

Anoche fui a ver a Yi como siempre, para preguntarle algo que quería saber, y ella me respondió con imágenes que -como de costumbre- trascendieron mi alma. Me fui a dormir con la urgencia de dibujar esas imágenes y juntarlas en un diseño, con la intención de retribuirle por todos estos años de compañía y consejo.

La Historia del Caballo-dragón HeTu

La pezuña de Caballo-dragón blanco mirando al oeste


Llevando a Tang Sanzang y siguiendo a sus tres discípulos.


Va a Occidente para aprender escrituras budistas en la vía principal


Está a decenas de miles de kilómetros de distancia...


 Caballo-dragón blanco

Esto es parte de un sitio web chino de Feng Shui en chino original, donde encontré estas maravillosas imágenes sobre el Caballo-dragón blanco del Oeste. No soy practicante de Feng Shui, ni siquiera taoísta. Pero los símbolos del I Ching siempre han vivido conmigo desde ese momento de mi vida que ya describí. A efectos de la imaginería, debo añadir que en algunas versiones Tang Sanzang (el monje) era una joya. De hecho, en estas versiones el Caballo-dragón blanco lleva un jade verde sobre su lomo. 

Me imagino este mapa de la nueva Tierra (Imperio Chino) tallado mágicamente en un jade reluciente, brillando en la parte superior del lomo del Caballo-dragón blanco.

También he interactuado con estos magníficos personajes, como los dragones y Caballos-dragón que surgieron de las escrituras originales; y puedo decir por mi propia experiencia que de hecho, son seres vivos muy reales. También soy consciente de que en muchas formas, estos seres vivos siempre están tratando de comunicarse con los seres humanos, cada vez que mostramos algún signo de comprensión. Como estoy abierta a ellos casi todo el tiempo, ellos también interactúan conmigo y me envían sus mensajes, siempre que haya algún mensaje que entregar.

Así que en esta ocasión especial no hubo realmente un mensaje de ellos sino más bien, un mensaje mío para ellos. He estado familiarizada con los hexagramas y símbolos del I Ching, pero nunca profundicé mucho en su significado, más de una o dos veces en mi vida. Esta es la tercera vez. Y la forma en que me siento impulsada a profundizar es más pictórica, siguiendo mi propio Tao. Como mi Tao me está llevando ahora a través del Río de la Vida de una forma pictórica, ése es el Camino para mí ahora.

Últimamente he estado probando mis habilidades pictóricas casi a diario y recientemente, los dibujos a mano libre con mis aplicaciones de computadora son la herramienta que más me interesa. Como considero que las herramientas son siempre un medio y no un fin, para mí las computadoras son tan buenas como los pinceles y el carbón para hacer volar mi imaginación. Algunos personajes interesantes han estado saltando de la pantalla y bailando, como en las tomas de una película. Y algunos surgieron de los propios símbolos del I Ching. Debido a mi conexión con este Libro de misterio y sabiduría, puedo interpretar estos personajes como una especie de espectro de significados. El simbolismo es un patrón de lenguaje muy complejo. Y no desconozco la dinámica de estos patrones cuando se trata de creatividad o imaginación.


Sin embargo, tengo miedo de dar un salto demasiado pronto en este ámbito de potencial de significado y perder la conexión con la dinámica de la creación misma. Los artistas necesitamos un espacio en blanco para la creación. Un campo de juego de posibilidades ilimitadas, para que podamos experimentar y crecer en todas las direcciones posibles. Buscar el significado de los fenómenos cuando surge el momento es quitarle el momento a la experiencia. Por eso elijo no darles un significado. Aún no. Sino que lo dejo descubrir a través del proceso de creación.


Y eso es algo que quiero compartir cuando esté sucediendo. Como ahora.


Visita mi blog Cosmic Visions para ver mis nuevas composiciones del I Ching.


Para comprar mi obra de arte visita mi Patreon.


jueves, 25 de abril de 2024

Arte y Parte




Ha pasado casi un mes sin darme cuenta y sin volver a poner una letras en mi blog. Como suele pasar, la atención se fija en los objetos y es absorbida por el movimiento de estos a lo largo del tiempo. Es un misterio cómo la conciencia entra y sale de esos reinos hipnóticos guiada tan sólo por la atención. Y sin embargo, es una profunda lección sobre el valor inestimable de poner nuestra energía afuera de nosotros mismos.

Con esto lo que en realidad quiero expresar es lo fácil que resulta distraerse. Pero mi distracción en este caso, me ha llevado a reencontrarme con la expresión de mi creatividad, jugando con nuevas herramientas sobre antiguas pasiones largamente relegadas. Me refiero a que he estado pintando. Me he dedicado de pleno a lo largo de este mes a desarrollar un portafolio de mi trabajo artístico más reciente, en particular de mi obra pictórica y fotográfica. Me siento muy contenta con este proyecto que estoy emprendiendo y que me está llevando de la mano, también muy sutilmente, abriéndome perspectivas que nunca antes hubiera imaginado.

Yo tenía 21 años cuando empecé mi carrera artística en la Universidad de Santa Isabel de Hungría, en la ciudad de Sevilla, al sur de España. Lo cierto es que mi entrada en el mundo del arte no fue en absoluto un plan trazado por mi propia voluntad o la de mis familiares. Muy por el contrario. Lo que yo tenía en mente como mis estudios universitarios no se parecía en nada con lo que al final elegí. Empecé en Caracas, la ciudad donde nací, apenas con 17 años entré en la Escuela de Artes, de la Universidad Central. Un lugar que estimo en mis recuerdos, por ser el portal que me abrió la mente hacia nuevos horizontes intelectuales y éticos.

Debo admitir que mi elección no fue jamás del gusto de mi familia. Sin embargo, por mucho que me pesara su oposición, terminó dejando de tener valor a lo largo de mi vida; como con muchas otras de mis elecciones. La muerte de mi padre cambió mi vida de muchas formas que tampoco habría imaginado. No solamente había desaparecido el pilar sostenedor de nuestra paradójica familia disfuncional, sino que también su ausencia en mi mundo emocional dejó una mella profunda que todavía no he podido terminar de sanar. Fue por su partida que perdí los deseos de continuar mis estudios, y también de vivir en mi país. Sentía profundamente el deseo de salir corriendo de la casa de mis padres y encontrar mi propio rumbo en otros lares. Esa fue la motivación que me llevó a vivir a Sevilla con 21 años.  

Me encontré con una actividad completamente nueva, con amistades y conocimientos que no esperaba y de los que no me sentía tan segura. Mis primeros dos años en la facultad fueron pura diversión, no sin ciertas pruebas difíciles -como todo en mi vida-, pero mis recuerdos de aquellos primeros años los he llevado con mucho cariño en la memoria todos estos años. Fue al inicio del tercer año que me di cuenta de que no tenía lo fundamental para continuar estudiando; me di cuenta de que no tenía el apoyo económico necesario, y que definitivamente, no lo recibiría por parte de mi familia. Aún así yo seguí pintando, algunas veces entraba a las clases y hacia algún boceto y durante varios años mantuve algunos de mis mejores amigos como Jesús Almendro.

Cuando por fin dejé la Facultad, aún viviendo en Sevilla, seguía dibujando y pintando por mi cuenta. Incluso, tuve buenos amigos (como Javier el Papi) que venían a mi casa y posaban gratis para mis bocetos. Fue todavía una época divertida, porque yo era joven y las cosas que más tarde en la vida me han llenado de temor y ansiedad, en aquel entonces no tenían mucha importancia; como el dinero. Pero la vida tiene maneras de llamar nuestra atención sobre esas cosas, especialmente cuando no queremos escucharla. 

La mayoría de mis cuadros y mis dibujos los regalé a mis amigos, otros los perdí; como mi carpeta de fin de curso del Segundo Año, de Anatomía Humana. Pero yo seguía pintando acuarelas, guashe, temples; a veces algún óleo. Hasta que se acabó la única cosa que no me importaba: el dinero. Y tuve que empezar a trabajar para poder vivir. Esa fue mi primera dura prueba de la vida, mi primer desvío del camino. Aunque los años pasaban yo seguía pintando o dibujando; si bien, nunca me sentí demasiado orgullosa de mí misma por nada, menos por lo que pintaba o creaba, admito que sí que había una sensación de estar a salvo y más cerca de ser feliz cuando pintaba o diseñaba algo.

Pasaron los años y regresé a Venezuela; me llevé conmigo mis tintas, mis pinceles y algunos dibujos, que por cierto, ya han desaparecido; son demasiados los caminos que he recorrido como para poder llevar tanta carga sobre mi espalda. Pero yo seguía pintando. Allí también en aquella ciudad que siempre me pareció tan extraña, aunque fuera mi ciudad natal; en aquella casa que era la casa de mi familia, pero que para mí era la casa de un grupo de personas que no me conocían y que tampoco tenían el deseo de conocerme. Pintaba sin darme cuenta, porque pintando me olvidaba de que no era feliz en donde estaba y de que mi vida no era la vida que yo deseaba. Pintando yo creaba al menos simbólicamente, la vida que siempre había querido.

Allí pinté sobre todo acuarelas y algunos retratos. También escribí dos de los libros de mi Trilogía de Arcana. y fue allí donde alguno de los ángeles que supuestamente, están a cargo de mí en esta vida, debe haberse compadecido de mi infelicidad porque un día sin esperarlo, mi vida dio un gran giro. Y entonces, conocí al hombre que sería para mí como el padre que nunca tuve, mi amado e inolvidable maestro el Lama Ole Nydahl. Mi vida cambió inexorablemente al conocerlo, pero también cambió mi mente y todas esas cosas que yo amaba hacer, como pintar y escribir, de pronto tuvieron menos importancia; porque en mi vida había entrado una corriente de fuerza profunda y gozosa, que me llenaba casi completamente de una alegría que jamás había sentido.

Pero yo seguía escribiendo, aunque ya casi no pintaba. Mis acuarelas y otros dibujos se fueron quedando por el camino entre mis innumerables mudanzas. Hasta que pasados los años y ya retirada de la escuela de mi Lama, eché un vistazo hacia atrás en la memoria y vi que un huracán había pasado barriendo todo lo que había en mi vida; excepto una cosa, el deseo de crear. 

He perdido casi todo lo que tenía en la vida. Perdí a mi familia, a todos mis amigos, excepto a 1 ó 2. Perdí todo el dinero que tenía, todos los trabajos, todos los amantes; lo perdí prácticamente todo. Pero todavía estaba con vida. Esa dura Maestra llamada realidad me había enseñado una lección inolvidable, tanto o más que las lecciones de compasión y sabiduría de mi Lama. Me había enseñado la única cosa que es permanente en esta vida: que nada ni nadie dura para siempre. Sin embargo, sí que quedaba dentro de mí una cosa, y era ese deseo. La necesidad espiritual de crear

Volví a usar mi creatividad pictórica hará más o menos, un par de años. Tomando fotos de mis viajes y haciendo varios retoques. recibí algunos premios en una plataforma online; nada que me hiciera famosa. Pero esos simples gestos de reconocimiento de los jueces y pares hizo que renaciera en mí esa chispa creativa, que lentamente ha ido creciendo hasta convertirse de nuevo, en una hoguera con calor suficiente como para mantenerse viva por más tiempo.

Actualmente estoy diseñando pintura digital. Comencé con los caleidoscopio, que surgieron de esta experimentación con mis propias fotografías, y los resultados realmente me complacieron. De modo, que seguí experimentando. Ahora entré en una nueva fase, a partir de más o menos 1 año, comencé el diseño de Mandalas, y esta práctica me ha reportado una gran alegría y muchas veces una profunda plenitud interior. Esto no significa que todo se ha organizado perfectamente en mi vida; pero tengo la certidumbre de que esos patrones geométricos que tanto amo diseñar, esas luces y transparencias que tanto me sorprenden y me fascinan están obrando de algún modo, su hechizo en mi propia vida.

Los laberintos también fueron un proyecto muy hermoso que inicié el año pasado y del cual surgió la investigación y el libro publicado este año: La Serpiente del Laberinto. De modo que sí, ha pasado el tiempo. Y sí, he estado ocupada. 

Aquí me gustaría compartir parte de mi trabajo pictórico junto con los enlaces a mis libros mencionados.

Mandalas


Laberintos

Fotos de mis viajes editadas



 





Aquí dejo también el enlace a mi blog, que inicié junto a éste en el 2020, y que ha resultado ser mi carpeta de trabajo para todos mis nuevos diseños. Cosmic Visions (I see my World)

La imagen de portada de este artículo representa uno de los diseños más recientes en los que estoy trabajando. He creado perfiles en Tumblr, Patreon y Fanpage en Facebook. Y actualizo mi blog todos los días.

Visita mis otros blogs, comparte y apoya mi obra artística. Tiene una historia y el valor de una vida, vivida desde el fondo del alma. Este ha sido un largo viaje, que espero continúe. Mantengo el deseo de seguir creando, ya sea con la pluma o con el pincel.



John Lennon. El artista que me enseñó a imaginar un nuevo mundo.

  El arte es como el hilo de Ariadna, un conductor y un unificador de la experiencia humana. -Esperanza Theis aka Leela Khandro. Hoy, me he ...