Escribir sobre un viaje que uno ha hecho no es lo mismo que escribir un relato acerca de un viaje de ficción. Es sobre este último tipo de viaje que quiero escribir el post de hoy. La primera referencia que me viene fue el relato piloto, titulado precisamente El Viaje; a partir del cual nacieron los personajes principales de mi novela La Sacerdotisa de Thot.
Es un relato intenso acerca de experiencias fuera del
cuerpo, por lo que me pareció que titularlo con ese nombre era lo más
descriptivo. Escribir sobre viajes que tienen lugar en un espacio fuera del
espacio conocido de nuestras tres dimensiones es una experiencia como ya dije
intensa y además, controvertida.
Los viajes o experiencias fuera del cuerpo tienen un público
concreto y también, un número de detractores. Por esta razón puede ser un tema que
suscite controversia, ya que se refiere a experiencias casi totalmente subjetivas
que pertenecen al universo de lo estrictamente personal.
Y aquí lo singular sería cuestionarse no tanto la
credibilidad de la experiencia, como el modo de transferirla a un tercero que
no es partícipe de la misma. Este es el arte de narrar un viaje. Si bien,
podríamos decir la misma cosa acerca de un viaje de ficción que describe una
localidad verosímil en el tiempo y en el espacio tridimensional.
Sin embargo, las experiencias fuera del cuerpo son también
viajes de una increíble y persistente verosimilitud para el que los está
experimentando. Primero, nos encontramos
con la descripción de sensaciones que
pertenecen al ámbito de lo corporal; es todo un reto describir sensaciones
físicas provocadas por experiencias no físicas; especialmente para aquellos que
nunca han experimentado nada semejante.
Después, nos
encontramos con el reto de la creación de un universo, un ambiente verosímil
que no se encuentra ubicado en ninguna parte concreta del espacio y transmitir
esta cualidad de omnipresencia, no solamente requiere un manejo magistral del
lenguaje sino también y muy particularmente, una acentuada sensibilidad a los
estados anímicos inusitados.
La experiencia más cercana que un lector no entendido en el
tema podría tener acerca de este tipo de viaje, es probablemente, la meditación;
y aún así estaríamos describiendo algo más que un espacio, un estado de
consciencia. Habitar ese nuevo estado de consciencia podría ser parte de la
experiencia de un viaje fuera del cuerpo. Si bien, describir las cualidades
propias de cada viaje es una absoluta singularidad.
En otro de mis libros, La Verdadera Historia de Atlante me dediqué a describir todo un periplo de
exploración externa, una misión que comienza con un viaje a un espacio exterior
y termina con este segundo tipo de viaje, la experiencia fuera del cuerpo. El
protagonista vive intensamente un proceso de viaje exterior o misión, que se
transforma en una experiencia o viaje a sus mundos internos.
Y no diré más sobre ello para no hacer spoiler del libro. Ciertamente,
no fue una tarea fácil. Si bien, me gustaría abordar la historia de cómo
escribí este libro en otro post, más adelante.
Escribir un relato es en sí misma, una experiencia de
transcurso entre el ser que fuimos antes de crear la historia, y el ser que
estamos siendo a medida que el relato y el viaje tienen lugar a través de
nosotros.
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