jueves, 22 de abril de 2021

Qué se está cocinando



Esta semana no puede pasar sin que deje al menos un rastro de mi paso por la  deliciosa cocina francesa. Como ya muchos sabéis por mis anteriores posts, continúo mi peregrinaje por el sur de Francia; un país que nunca deja de sorprenderme.

En esta ocasión estoy muy cerca de la frontera con Barcelona, y mi viaje me ha llevado a colaborar en una granja de lavanda y olivos. Además de bailar como los chamanes para atraer la lluvia a estos territorios, adonde  es tan escasa y deseada, mi viaje me ha llevado a conocer algunos platos de la cocina vegetariana internacional.

Lo que aquí pretendo no es en realidad hablar de cocina, sino de la manera en que la vida nos va cocinando, a fuego lento, sin que apenas nos demos cuenta. Y eso es precisamente, lo que este viaje -ya hace siete meses-, me ha demostrado. La tierra en la que me encuentro es árida y sin embargo, prolija. Da mucho más de lo que estamos dispuestos a admitir.

Los animales se ocultan y son a veces, un tanto hoscos; pero no por ello menos nobles. La cocina también se ha revelado en esta parada en el camino como otro símbolo, uno muy propicio de la temporada que está por comenzar. Además, la luna está creciendo y con ella nuevos deseos comienzan a insinuarse.

Lo que se huele en el aire es mucho más que especias asiáticas o sabores de la India; la cocina de este viaje nos habla de un amor secreto, de un guiño y una sonrisa furtiva, de alguien que espera en silencio y con anhelo mis mensajes.

Esta cocina ofrece verduras insólitas como la aceptación y la benevolencia hacia los extraños. Pero todavía hay mejores manjares aún sin degustar, y a punto de salir del horno. Es la cocina de lo inesperado, de los deseos olvidados que regresan y nos susurran su canto en los sueños nocturnos.

Preparamos a fuego lento todos los deseos olvidados que previamente, hemos escrito sobre papel de estrasa. Lo doblamos tres veces soplando sobre el filo y mirando al Oeste, antes de que el sol se acueste a dormir. Rociamos la mezcla con un poco de emoción; aquella que está tímidamente agazapada mirándonos cocinar desde memorias lejanas.

Se puede añadir también una pizca de risa: gutural, nasal o inguinal. No importa, todas son bienvenidas; aunque las más picantes suelen ser las que dan mejor gusto a la receta. Advierto que algunos ingredientes secretos de esta cocina están guardados en la alacena de los amores inconfesables.

Si deseas alguno antes de comenzar a cocinar, enciende el horno por unos 3 ó 4 días a fuego medio y sopla cada cierto tiempo sobre tus recuerdos más ardientes, para que se reaviven viejas cenizas y los vapores del efluvio puedan llegar a buen destinatario.

La cocina francesa de esta temporada es una cocina de pequeñas porciones pero de sabores gigantes y bienquerientes. Úsela con cuidado, no sea que se empache. Y al servirse del plato principal, ha de tomarse siempre con dos vasos –mejor que uno-  de vino tinto, denominación de origen.

¡Buen provecho!

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miércoles, 14 de abril de 2021

Atrapar al Pájaro Brillante

 



Estos últimos días me han llevado en constante peregrinación por la costa azul de Francia; un lugar que admiro y estoy aprendiendo a apreciar y amar cada día más. Las historias de este peregrinaje me han llevado desde las costas de Mónaco en una montaña paradisíaca, hacia la ciudad ilustre de Niza y de regreso, a la hermosa villa de Istres, en Provenza.

Una despedida obligada de la montaña mágica cerca de Mónaco, adonde los sueños que se cumplieron  se manifestaron como fuegos artificiales mostrando la impermanencia constante de la realidad, me llevó a enfrentar nuevamente una decisión, visitar una ciudad nueva en busca de alguna ilusoria posibilidad de trabajo. Fue así como unos amables extraños me abrieron las puertas de su hogar, en Niza.

La fugacidad inevitable de la sensación ilusoria de un tiempo que transcurre inexorable juega malas pasadas en la mente dormida. Mi mente soñaba con tragedias míticas de transeúntes olvidados a un lado del camino. Y las lágrimas se desbordaron sobre mis manos, en sueños y esperanzas rotas. El viaje enseña al viajero a despertar si éste es capaz de reconocer el sueño.

Yo buscaba un aliado en alguna parte, y desde la pantalla inmaculada del sueño en el que creemos estar despiertos, los personajes algunas veces me escuchan y me hablan. Y así puedo tener la reconfortante ilusión de conectar con una presencia externa; que no es otra cosa que mi propia voz interior y los contenidos ocultos de mi niño interno. Ése que a veces, quiere jugar, y otras, sólo quiere llorar en los brazos de su madre.

A veces, es la voz del Maestro que se atreve a musitar sus cantos de sabiduría a través de los labios sonrientes de un extraño marinero que encontró su hogar en tierra, después de que su barco se hundió tiempo atrás, en aguas de cobalto. No importa, no hay otro. En el sueño la proyección siempre se muestra diversa, pero el mensaje viene de la fuente eterna y esta es una sola, sin importa cuántas caras nos muestra.

Si el viajero no descifra el mensaje, es posible que tampoco sea capaz de despertar de su sueño; a pesar del deseo insoslayable de viajar más allá de los rieles del tren y de sus propia quimeras. El deseo no es suficiente, sólo es la puerta para nacer en el mundo de los durmientes.

Desde Niza un nuevo pájaro comenzó a cantarme. No era el pájaro de la oportunidad, este fue el que atrapé en las playas pedregosas de esta maravillosas ciudad. Fue de regreso a Istres, como si regresara a casa, a la familia, a un lugar donde alguna vez tuve un hogar, aunque no lo recuerde.

El pájaro estaba allí en la estación del tren. Recuerdo muchos pájaros en mi vida en especial aquel Pájaro que anuncia la Presencia-ese pájaro voló conmigo por muchos años. Y algún día contaré esa historia, otra vez-. Pero este pájaro no es una metáfora, es real tan real commo puede parecer un sueño con plumas, que canta.

Me hizo sonreír. La primera vez me asustó, porque voló atónito hacia mí como si me llamara la atención: ¡escucha, mira! ¡Soy yo, el pájaro! Y vino tres veces a posarse: sobre mi pie, la primera; en mi mochila después y al final, picoteando sobre mi brazo. Y luego, lentamente se quedó dormido, como si ya me hubiera dicho todo lo que tenía que decir. Se durmió en un sueño de pájaro y yo pude, por un instante, sentir el peso de sus huesos vacíos.

Después de un tiempo me pregunté cuál era su mensaje. La respuesta no vino de inmediato. Cerré los ojos y escuché su canto. “No tengas miedo –decía-. Mírame, yo soy pequeño y no temo nada”.

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jueves, 8 de abril de 2021

Retiro en la Costa Azul

 





Viajar
no era el propósito de los artículos para el blog. Sin embargo, éste ha sido el tema principal en mi vida, los últimos seis meses; un viaje constante, un movimiento perpetuo, siempre en mutación, siguiendo una línea fuera del tiempo, la línea del Cambio; que es la única constante en el Universo.

Así que de eso se trata este breve artículo. No va de narrar un viaje, sino de atestiguar cómo ese transcurso ha estado transformando casi todos los aspectos de mi vida y de mi escritura. Comencemos por el trabajo. La protagonista de este viaje ha dejado las tierras cálidas de su Isla Bonita, no para ir en busca de una aventura incierta, como muchos la han acusado.

Ella emprendió este viaje con un propósito claro. Tenía un destino, tenía un objetivo concreto, tenía un acuerdo hablado con otra persona en la zona de los Alpes Marítimos, en Francia. Para comprender cuánto influye en nuestras vidas el Gran Espíritu del Cambio, tenemos que alejarnos de la perspectiva ilusoria del Tiempo. Había una vez… decían los cuentos infantiles.

Y hubo un punto de giro, un repentino salto. No es que ella sea aventurera, es que es humana y como tal, ella no controla todas las infinitas variables de la creación de  la realidad. Aunque ella cree que si puede. Entonces, ¿quién las controla? Esa es una pregunta que este artículo no pretende responder, de momento.

Era preciso que ella tomara acción. Si bien, no sabía cómo, ella dio el salto. No un salto mortal; sólo dios sabe cómo, si es que alguien lo sabe. La acción es un acto de la voluntad, pero la voluntad es una entidad aparte, con su propia razón de ser. Y fuera como fuera, la ayudó a dar el Gran Salto por encima del océano de los obstáculos aparentes, pero no la ayudó a cumplir con su propósito, la razón por la que ella decidió dar el Salto.

Entonces, el Punto de Giro la llevó a reformular su objetivo. Poco a poco, ella va comprendiendo que hay una consciencia alterna que sabe antes que ella lo que ella está dispuesta a hacer, y que conoce el resultado mucho antes de que ella tenga la intención de ejecutarlo. Y ¿esto –o debería decir Eso- qué es?

 Otro aspecto que cambió radicalmente en esta odisea fue su relación con lo divino, Eso empezó a hablarle desde su alma. Ella se sentó durante diez días de retiro en una cabaña, en medio de la montaña en la Costa Azul, a unos cinco kilómetros de Mónaco y comenzó una profunda charla con su alma. Se dio cuenta de que su alma tenía voz y que respondía con bastante claridad a sus preguntas.

En ese momento, comprendió que Eso estaba actuando más allá de sus planes y expectativas y que por mucho que ella intentara seguir en una dirección o trazarse un plan, las cosas siempre terminaban torciéndose en otra dirección; generalmente, la más inesperada. Ahora ella se ríe a carcajadas de todos aquellos sus prudentes amigos que la aconsejaban tener un plan B, C y D. ¡Qué ingenuos eran!

Una palabra me llega de repente, después de esos días de retiro escuchando la canción de cuna de los sapitos de charco en la cabaña de madera de Roquebrune: rendición. No hay conquista sin rendición. Puede que se haya dado cuenta de que de eso es de lo que se trataba este viaje, al fin y al cabo; de rendirse a los pies de esa Voluntad sin nombre, como se rinde el soñador en los brazos del sueño.

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viernes, 2 de abril de 2021

Creando una historia

 



Llevo medio año viajando por Europa y viviendo un poco  a la buena de dios, según los viejos estándares. En ciertos momentos he ido comprendiendo cómo estoy dándole forma a la historia de mi vida y específicamente, cómo estoy manifestando cada situación que se presenta a lo largo de mi viaje.

Y no sólo eso. Cada pequeño detalle; como encontrar una buena oportunidad haciendo autostop. Cada casa en la que he vivido y hasta una conversación casual. Todas esas cosas pasaron por mi cabeza, en algún momento anterior a su sucesión. Del mismo modo, se van creando las historias en la mente del escritor.

Hace más de un año que con cierta ayuda sobrenatural me surgió una idea para volver a sentarme a escribir y cuando las imágenes empezaron a agolparse en mi cabeza, ya no podía dejar de machacar las teclas del laptop. Mi mente se llenó de ideas inspiradas por antiguos cuentos de hadas, por sueños y también otras vidas anteriores que pude recordar.

Comencé a construir un universo mágico y personajes nuevos, porque ya estaban en mi mente; la imaginación los trajo a la realidad; a una realidad literaria, aunque no por ello menos real. Vi el paralelo entre mi vida, la creación de las circunstancias que me rodean, y la creación de una historia, un cuento o una novela; eso mismo estamos haciendo a cada momento.

En esos momentos en que nos dejamos llevar y surge un velo que nubla nuestra mente,  nos apartamos de lo que nos rodea, como si hubiésemos entrado en la sala de un teatro y los tramoyistas subieran el telón. Entonces, empieza la magia. Las ideas van y vienen como personajes moviéndose a través de las tablas.

Y la magia se detiene cuando alguien ha bajado el telón y reconocemos que estamos en mitad del tráfico, de camino a la universidad o simplemente planchando el cuello de esa camisa que no nos vamos a poner porque ya se ha quedado pasada de moda. Crear la historia de nuestra vida  es como escribir una historia a mano o en el ordenador.

Sólo hay que subir el telón y entrar en esa dimensión en donde todo es posible y dejar que la pluma (o el teclado) siga su curso. Todo cuanto quede registrado en esa realidad bidimensional de las letras es tan real como sea posible, el único requisito es que haya sido fruto del milagro de la imaginación.

Escribir y vivir son si cabe, una misma cosa. Si bien, alguno me querrá discutir que nunca había vivido su vida como un vampiro o viajando por el espacio exterior. Yo le responderé, sin embargo, que lo real no está supeditado a la percepción de los cinco sentidos; esa es solamente una manera de percibir una parte muy pequeña de la realidad, y si no me creen sólo me remito a los más recientes estudios en física cuántica.

Si puedes imaginar una historia con todos sus mínimos detalles es que de alguna manera, has estado allí. Porque el que vive no es solamente el cuerpo de huesos y carne, es el que observa dentro de ese cuerpo fortuito. Es el ojo capaz de volcar la visión hacia adentro, al infinito multiverso de la experiencia.

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Diciéndole NO a la vida

"Nada te impide imaginarte a ti mismo inmortal y capaz de conocerlo todo". -Mystery Human Consciousness. Llevo una semana tomando ...