sábado, 12 de agosto de 2023

El síndrome de la página en blanco. O Contar Historias





Esta mañana, al despertar una de las app de mi teléfono lanzó su predicción diaria de runas y la runa que saltó a la palestra fue la enigmática Blank rune; esa caja de pandora llena de misterios que los antiguos nórdicos adjudicaban a la palabra del destino. Su silencio incómodo me ha estado acompañando todo el día.

¿Qué es aquello que impide el flujo de las ideas?

¿Cuál es ese bloqueo en el escritor que aparece como un gigantesco himalaya de impotencia creativa?

Una podría suponer que, dado que el fenómeno del bloqueo creativo es algo relativamente común entre escritores y artistas, necesariamente debe responder a un factor común denominador a todos ellos. Pero ¿es realmente así? 

Eso es lo que me propongo descubrir aquí. ¿A qué factores comunes responde este fenómeno, para llegar a convertirse en el síndrome de la página en blanco?

Yo he sufrido este insidioso estigma por años. Algunas veces -y las más frecuentes-, debido a la naturaleza de mi propia mente, inquieta como un mono adolescente. Otras, -quizás las menos conscientes de todas- esta lacra respondía a una absoluta ausencia de compromiso por mi parte. Aspecto que, por desgracia ha proliferado en muchos ámbitos a lo largo de mi vida.

Pero quizás y de todas las causas, la más aterradora de ellas sea la desidia; una abrumadora y absoluta ausencia de motivación o líbido.

Y es aterradora porque aparece como si nada, como un ladrón en la noche que entra por la puerta trasera, conveniente y descuidadamente dejada sin guardia. Allí es donde radica la más espeluznante de todas las oscuras intenciones de nuestra psique más profunda; nuestro alterenemigo: el autosaboteador que se complace derribando todas nuestras esperanzas, cuando dormimos profundamente en los laureles de nuestra autocomplacencia. Ese depredador oculto en nosotros mismos que nos enseña la viperina lengua para burlarse de nosotros, cuando menos lo esperamos. 

Muchas, incontables son las cuestiones que la amenaza de este enemigo silencioso ha suscitado en mi alma a lo largo de los años; hasta que finalmente, he sido capaz de reconocer su presencia como un mudo testigo a lo largo de mi vida. ¿Por qué está ahi? ¿Cómo vino a su existencia? ¿Quién lo creó? ¿Con qué propósito? Y la mas tormentosa de todas mis cuestiones. ¿Por qué me eligió a mí como su víctima?

No tengo respuesta aún para ninguna de estas interrogantes. Sólo son preguntas en mi mente adormecida por la autocompasión y muchas veces, la incertidumbre acerca de mi verdadero destino. Cuando me planteo no sin esfuerzo la cuestión ineludible de para qué estoy aquí.

Probablemente, la mayoría de los que nos dedicamos a estas cuitas literarias nunca sospechamos que este camino nos enfrentaría a tales retos. Pero es que no todos tenemos la misma historia, y por la misma razón tampoco el mismo destino. Y no es que escribir per se sea la razón para estar vivos. De hecho, en el camino he ido descubriendo que muy a mi pesar, esto no era así. Que la Vida (con mayúsculas), me desvió a propósito de este camino, por una razón que aún desconozco pero que en definitiva, ha resultado tener mucho más peso.

Ahora existen en el mundo muchas más distracciones de las que pudiera encontrar un escritor o un artista del siglo pasado. Y aunque esto no constituye una excusa válida, sin duda forma parte de la estrategia disuasiva de la Vida que quiere llevarnos por un derrotero distinto al que creíamos seguro y tan real, cuando éramos más jóvenes.

No he descubierto nada, salvo... que he vivido. Y eso, ahora quizá sea el sorgo y el limo vitales para nutrir la tierra de mis letras. Pero ya no puedo hacerme a mí misma falsas promesas. Si yo no escribo esa historia, alguien más lo haría después de todo. Y para mí al menos, en este instante eso ya es un consuelo.

Como ya has podido constatar, al final de este artículo no te voy a dar las respuestas. Esas te las dejo como tarea. Lo único que puedo hacer es contarte una historia: Mi Historia. Porque eso es lo que hace bien un escritor,  Contar Historias.

martes, 7 de febrero de 2023

Algunos años después



Viajar, escribir y llevar un blog de viajes y retiros se tornó finalmente, en un periplo de aventuras que me guió cada vez más, hacia territorios inhóspitos en mi interior. El paisaje interior es si cabe, más vasto y misterioso de lo que pueda parecer el planeta tierra para un explorador inexperto. Y escribir no es siempre para un escritor que lleve la tinta embebida en su sangre, una tarea sencilla o apenas cómoda de llevar. 

Escribir fue mi primera vocación, porque amaba leer, y éste es un hábito que me ha acompañado toda la vida. Pero cuando era más joven todavía no era capaz de comprender que para poder contar una buena historia, a veces, primero es necesario vivirla.

Algunos años han pasado desde la última vez que dejé mi última historia escrita en este blog. Retomarlo y volver a leer sus páginas inevitablemente, se volvió durante este tiempo una tarea inabordable. No había dejado de leer o escribir, simplemente estaba viviendo demasiado intensamente mi propia historia.

El contexto de mi interminable viaje finalmente pareció llegar a su fin en una tierra y en unas circunstancias completamente impensadas; no era parte de mi plan regresar a Alemania, ni siquiera de vacaciones. Y entiéndase que no es por ningún tipo de aversión a este país pintoresco. Una fuerza superior a mi entendimiento y energías humanas me ha estado empujando continuamente en direcciones a donde yo jamás pedí ir.

 Para un escritor, o escritora, las relaciones no son siempre el punto fuerte, algunos no somos ni populares ni con frecuencia aceptados en determinados círculos sociales, y éste es en sí mismo un hecho, que para mí se ha convertido en la raíz que dió lugar a las condiciones para ser escritora. Pocas personas que conozco o que presumen de conocerme, saben que escribir es una parte fundamental para mí, sin la cual, seguramente no estaría aún con vida.

Y como dije, algunos años han pasado, pero eso no me impidió seguir escribiendo, aunque no escribía para los demás. Escribía en mis "journals" -como jocosamente se les llama en la tendencia de hoy en día-. Escribir es mi internet y mi teléfono celular para comunicarme con mi Yo más profundo y misterioso; ese al que no le gustan las fiestas y que no siente la menor atracción hacia la popularidad. Ése que con frecuencia, permanece en silencio mientras yo estoy intentando arduamente encontrar mi propia musa. Ése, al fin, que no tiene ni rostro ni palabras para engañar.

En este momento me encuentro en preparación para el lanzamiento de mi nueva página web, cuyo diseño me está llevando más tiempo del que me gustaría, y sin embargo, ansío que pueda llegar a concluir pronto y convertirse en un espacio de encuentro para todos.

Otro de mis proyectos está tomando forma más o menos, espontáneamente, se trata del canal de IVOOX a donde estoy subiendo algunos audios interesantes sobre diversos temas, como Los Misterios de Egipto, Un Taller gratuito de protección psíquica y ejercicios. Y un canal de discusión sobre teorías y pensamiento filosófico, poemas, cuentos y más, La Dakini Peregrina.

Un escritor siempre vuelve al lugar del crimen con la intención expresa de dejar todas las huellas posibles de su rastro por el mundo. Así pues escritores, de alma o afición, o lectores que pasaron por aquí porque alguien les envió una invitación o sólo por casualidad, que esta breve publicación sirva para anunciarles mi regreso, sin importar cuántos años pasen.

En breve anunciaré por este mismo medio la invitación cuando la página esté lista.



jueves, 22 de abril de 2021

Qué se está cocinando



Esta semana no puede pasar sin que deje al menos un rastro de mi paso por la  deliciosa cocina francesa. Como ya muchos sabéis por mis anteriores posts, continúo mi peregrinaje por el sur de Francia; un país que nunca deja de sorprenderme.

En esta ocasión estoy muy cerca de la frontera con Barcelona, y mi viaje me ha llevado a colaborar en una granja de lavanda y olivos. Además de bailar como los chamanes para atraer la lluvia a estos territorios, adonde  es tan escasa y deseada, mi viaje me ha llevado a conocer algunos platos de la cocina vegetariana internacional.

Lo que aquí pretendo no es en realidad hablar de cocina, sino de la manera en que la vida nos va cocinando, a fuego lento, sin que apenas nos demos cuenta. Y eso es precisamente, lo que este viaje -ya hace siete meses-, me ha demostrado. La tierra en la que me encuentro es árida y sin embargo, prolija. Da mucho más de lo que estamos dispuestos a admitir.

Los animales se ocultan y son a veces, un tanto hoscos; pero no por ello menos nobles. La cocina también se ha revelado en esta parada en el camino como otro símbolo, uno muy propicio de la temporada que está por comenzar. Además, la luna está creciendo y con ella nuevos deseos comienzan a insinuarse.

Lo que se huele en el aire es mucho más que especias asiáticas o sabores de la India; la cocina de este viaje nos habla de un amor secreto, de un guiño y una sonrisa furtiva, de alguien que espera en silencio y con anhelo mis mensajes.

Esta cocina ofrece verduras insólitas como la aceptación y la benevolencia hacia los extraños. Pero todavía hay mejores manjares aún sin degustar, y a punto de salir del horno. Es la cocina de lo inesperado, de los deseos olvidados que regresan y nos susurran su canto en los sueños nocturnos.

Preparamos a fuego lento todos los deseos olvidados que previamente, hemos escrito sobre papel de estrasa. Lo doblamos tres veces soplando sobre el filo y mirando al Oeste, antes de que el sol se acueste a dormir. Rociamos la mezcla con un poco de emoción; aquella que está tímidamente agazapada mirándonos cocinar desde memorias lejanas.

Se puede añadir también una pizca de risa: gutural, nasal o inguinal. No importa, todas son bienvenidas; aunque las más picantes suelen ser las que dan mejor gusto a la receta. Advierto que algunos ingredientes secretos de esta cocina están guardados en la alacena de los amores inconfesables.

Si deseas alguno antes de comenzar a cocinar, enciende el horno por unos 3 ó 4 días a fuego medio y sopla cada cierto tiempo sobre tus recuerdos más ardientes, para que se reaviven viejas cenizas y los vapores del efluvio puedan llegar a buen destinatario.

La cocina francesa de esta temporada es una cocina de pequeñas porciones pero de sabores gigantes y bienquerientes. Úsela con cuidado, no sea que se empache. Y al servirse del plato principal, ha de tomarse siempre con dos vasos –mejor que uno-  de vino tinto, denominación de origen.

¡Buen provecho!

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miércoles, 14 de abril de 2021

Atrapar al Pájaro Brillante

 



Estos últimos días me han llevado en constante peregrinación por la costa azul de Francia; un lugar que admiro y estoy aprendiendo a apreciar y amar cada día más. Las historias de este peregrinaje me han llevado desde las costas de Mónaco en una montaña paradisíaca, hacia la ciudad ilustre de Niza y de regreso, a la hermosa villa de Istres, en Provenza.

Una despedida obligada de la montaña mágica cerca de Mónaco, adonde los sueños que se cumplieron  se manifestaron como fuegos artificiales mostrando la impermanencia constante de la realidad, me llevó a enfrentar nuevamente una decisión, visitar una ciudad nueva en busca de alguna ilusoria posibilidad de trabajo. Fue así como unos amables extraños me abrieron las puertas de su hogar, en Niza.

La fugacidad inevitable de la sensación ilusoria de un tiempo que transcurre inexorable juega malas pasadas en la mente dormida. Mi mente soñaba con tragedias míticas de transeúntes olvidados a un lado del camino. Y las lágrimas se desbordaron sobre mis manos, en sueños y esperanzas rotas. El viaje enseña al viajero a despertar si éste es capaz de reconocer el sueño.

Yo buscaba un aliado en alguna parte, y desde la pantalla inmaculada del sueño en el que creemos estar despiertos, los personajes algunas veces me escuchan y me hablan. Y así puedo tener la reconfortante ilusión de conectar con una presencia externa; que no es otra cosa que mi propia voz interior y los contenidos ocultos de mi niño interno. Ése que a veces, quiere jugar, y otras, sólo quiere llorar en los brazos de su madre.

A veces, es la voz del Maestro que se atreve a musitar sus cantos de sabiduría a través de los labios sonrientes de un extraño marinero que encontró su hogar en tierra, después de que su barco se hundió tiempo atrás, en aguas de cobalto. No importa, no hay otro. En el sueño la proyección siempre se muestra diversa, pero el mensaje viene de la fuente eterna y esta es una sola, sin importa cuántas caras nos muestra.

Si el viajero no descifra el mensaje, es posible que tampoco sea capaz de despertar de su sueño; a pesar del deseo insoslayable de viajar más allá de los rieles del tren y de sus propia quimeras. El deseo no es suficiente, sólo es la puerta para nacer en el mundo de los durmientes.

Desde Niza un nuevo pájaro comenzó a cantarme. No era el pájaro de la oportunidad, este fue el que atrapé en las playas pedregosas de esta maravillosas ciudad. Fue de regreso a Istres, como si regresara a casa, a la familia, a un lugar donde alguna vez tuve un hogar, aunque no lo recuerde.

El pájaro estaba allí en la estación del tren. Recuerdo muchos pájaros en mi vida en especial aquel Pájaro que anuncia la Presencia-ese pájaro voló conmigo por muchos años. Y algún día contaré esa historia, otra vez-. Pero este pájaro no es una metáfora, es real tan real commo puede parecer un sueño con plumas, que canta.

Me hizo sonreír. La primera vez me asustó, porque voló atónito hacia mí como si me llamara la atención: ¡escucha, mira! ¡Soy yo, el pájaro! Y vino tres veces a posarse: sobre mi pie, la primera; en mi mochila después y al final, picoteando sobre mi brazo. Y luego, lentamente se quedó dormido, como si ya me hubiera dicho todo lo que tenía que decir. Se durmió en un sueño de pájaro y yo pude, por un instante, sentir el peso de sus huesos vacíos.

Después de un tiempo me pregunté cuál era su mensaje. La respuesta no vino de inmediato. Cerré los ojos y escuché su canto. “No tengas miedo –decía-. Mírame, yo soy pequeño y no temo nada”.

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jueves, 8 de abril de 2021

Retiro en la Costa Azul

 





Viajar
no era el propósito de los artículos para el blog. Sin embargo, éste ha sido el tema principal en mi vida, los últimos seis meses; un viaje constante, un movimiento perpetuo, siempre en mutación, siguiendo una línea fuera del tiempo, la línea del Cambio; que es la única constante en el Universo.

Así que de eso se trata este breve artículo. No va de narrar un viaje, sino de atestiguar cómo ese transcurso ha estado transformando casi todos los aspectos de mi vida y de mi escritura. Comencemos por el trabajo. La protagonista de este viaje ha dejado las tierras cálidas de su Isla Bonita, no para ir en busca de una aventura incierta, como muchos la han acusado.

Ella emprendió este viaje con un propósito claro. Tenía un destino, tenía un objetivo concreto, tenía un acuerdo hablado con otra persona en la zona de los Alpes Marítimos, en Francia. Para comprender cuánto influye en nuestras vidas el Gran Espíritu del Cambio, tenemos que alejarnos de la perspectiva ilusoria del Tiempo. Había una vez… decían los cuentos infantiles.

Y hubo un punto de giro, un repentino salto. No es que ella sea aventurera, es que es humana y como tal, ella no controla todas las infinitas variables de la creación de  la realidad. Aunque ella cree que si puede. Entonces, ¿quién las controla? Esa es una pregunta que este artículo no pretende responder, de momento.

Era preciso que ella tomara acción. Si bien, no sabía cómo, ella dio el salto. No un salto mortal; sólo dios sabe cómo, si es que alguien lo sabe. La acción es un acto de la voluntad, pero la voluntad es una entidad aparte, con su propia razón de ser. Y fuera como fuera, la ayudó a dar el Gran Salto por encima del océano de los obstáculos aparentes, pero no la ayudó a cumplir con su propósito, la razón por la que ella decidió dar el Salto.

Entonces, el Punto de Giro la llevó a reformular su objetivo. Poco a poco, ella va comprendiendo que hay una consciencia alterna que sabe antes que ella lo que ella está dispuesta a hacer, y que conoce el resultado mucho antes de que ella tenga la intención de ejecutarlo. Y ¿esto –o debería decir Eso- qué es?

 Otro aspecto que cambió radicalmente en esta odisea fue su relación con lo divino, Eso empezó a hablarle desde su alma. Ella se sentó durante diez días de retiro en una cabaña, en medio de la montaña en la Costa Azul, a unos cinco kilómetros de Mónaco y comenzó una profunda charla con su alma. Se dio cuenta de que su alma tenía voz y que respondía con bastante claridad a sus preguntas.

En ese momento, comprendió que Eso estaba actuando más allá de sus planes y expectativas y que por mucho que ella intentara seguir en una dirección o trazarse un plan, las cosas siempre terminaban torciéndose en otra dirección; generalmente, la más inesperada. Ahora ella se ríe a carcajadas de todos aquellos sus prudentes amigos que la aconsejaban tener un plan B, C y D. ¡Qué ingenuos eran!

Una palabra me llega de repente, después de esos días de retiro escuchando la canción de cuna de los sapitos de charco en la cabaña de madera de Roquebrune: rendición. No hay conquista sin rendición. Puede que se haya dado cuenta de que de eso es de lo que se trataba este viaje, al fin y al cabo; de rendirse a los pies de esa Voluntad sin nombre, como se rinde el soñador en los brazos del sueño.

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John Lennon. El artista que me enseñó a imaginar un nuevo mundo.

  El arte es como el hilo de Ariadna, un conductor y un unificador de la experiencia humana. -Esperanza Theis aka Leela Khandro. Hoy, me he ...